viernes, 16 de septiembre de 2011

Rubén Moreira : Narco la nueva amenaza al continente

por Rubén Moreira

 

Ambientes muy iluminados. Bullicio. Música. Jugadores que circulan transpirando adrenalina. Un crupier barre las fichas antes de hacer girar la ruleta una vez más. A pocos metros, un hombre apuesta sus ahorros a una mano de poker. Hileras de tragamonedas invitan a probar suerte. Como en cualquier casino del mundo, el rey de la noche es el azar.
Pero hace pocas semanas, en el Casino Royale de Monterrey, la tercera ciudad de México, el hechizo del juego y las apuestas se transformó en horror. Un grupo de sicarios irrumpió en el lugar, roció con nafta las instalaciones y las incendió. Al menos 50 personas, la mayoría mujeres, murieron por asfixia, al quedar atrapados entre las llamas y las salidas de emergencia sin funcionar. Esa noche, el espanto y la desolación destronaron al azar. 
La tragedia de Monterrey es sólo un capítulo más de la espiral de violencia que vive México, donde bandas de narcotraficantes compiten en la crueldad de sus asesinatos. Semanas antes, en Acapulco, los cuerpos decapitados de cuatro personas fueron encontrados en el baúl de un auto estacionado en la transitada avenida costera del balneario.

El mejor negocio 
Desde que el gobierno de Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra el tráfico de drogas con la participación de 50.000 militares, más de 41.000 personas han muerto en México víctimas de hechos de violencia, vinculados en la mayoría de los casos al crimen organizado.
Es que los réditos que da el negocio de la droga son tan astronómicos que la codicia no tiene límites. Según estimaciones de la ONU, la industria narco genera utilidades por u$s 85.000 millones sólo por la cocaína. Un capo narco, Joaquín Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa, está entre las personas más ricas del mundo, según el ranking de Forbes.
Es un negocio que en México comenzó de manera casual a finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, con la llegada de los chinos a la región de Sinaloa, como mano de obra barata. Ellos sembraron la amapola que usaban para adornar jardines. Pero durante la década del '20, la crisis minera del norte trajo consigo el empleo de la amapola como droga. Así creció el uso del opio en esas zonas que originó el llamado "triángulo dorado de la droga", integrado por los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango, que fabricaban heroína para el consumo de los estadounidenses que regresaban de la II Guerra Mundial.
Pero es recién en los '90, cuando se da en México un fuerte crecimiento del narcotráfico. Este hecho coincide con que la atención global, especialmente la de los Estados Unidos, estaba puesta en Colombia, país que se veía al borde del abismo. 
Juan Gabriel Tokatlian, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, explica que "lo que vemos ahora es, entre otros aspectos, el resultado de lo se podría denominar un éxito parcial o temporal de lo que fue a principios de 2000 una estrategia de mano dura en Colombia que consiguió el desmantelamiento parcial de algunos cárteles en ese país". 
"Esto llevó a la consolidación de grandes cárteles mexicanos que además de tener la ventaja de su cercanía con los EE.UU., hoy tienen un alto nivel de transnacionalización: hay conexión con el negocio de la trata de blancas y de personas a través de las llamadas 'tríadas chinas'", señala Tokatlian, y agrega: "También están vinculados con grupos que en Europa, en particular a través del papel de rusos, afganos y paquistaníes, se ocupan del negocio de la heroína, o con los vendedores de armas clandestinos ubicados en el mercado estadounidense". 

La "herencia" colombiana
Aunque el negocio del tráfico de drogas es global, los EE.UU sigue siendo el mayor mercado del mundo, y Europa lo está alcanzando con rapidez. Las políticas de Washington se han basado en combatir a los que producen y trafican las drogas, sin poner el mismo énfasis en quienes las consumen. De hecho, el nacotráfico no sólo no disminuyó sino que aumentó utilizando formas cada vez más sofisticadas.
En la región, el mayor éxito en el combate contra los narcos se logró en Colombia y ese resultado se apoya en los u$s 6000 millones que recibió de los EE.UU. en el marco del Plan Colombia, casi 6% del PIB colombiano en 2000. 
El anterior presidente de ese país, Alvaro Uribe, permitió que tropas estadounidenses pudieran usar bases militares en su territorio, algo impensable en México, donde la Constitución impide la presencia de tropas extranjeras. Aunque se sabe que la agencia antinarcóticos estadounidense DEA realiza operaciones encubiertas en suelo mexicano con el aval del gobierno de Calderón y que agentes mexicanos se entrenan en los EE.UU.
Tokatlian sostiene que "el caso de México es hoy, a los ojos de los tomadores de decisión de los EE.UU., mucho más vital que el de Colombia, en cuanto a su impacto sobre la seguridad en territorio americano". Por esta razón, el experto prevé que habrá una participación más activa de Washington. "Es muy probable que EE.UU. trate de encapsular el caso México, de resolverlo bilateralmente y que veamos acciones combinadas entre militares de los dos países", dice.

Factores internos y externos
Un reciente documento del Consejo de Seguridad Nacional de México explica que el incremento del delito obedece a factores internos y externos que construyeron un escenario óptimo para que las organizaciones criminales pudiesen "generar ganancias", mientras que "las instituciones responsables de detenerlos se iban debilitando". El documento explica que los narcos colombianos -azotados por la lucha emprendida por Bogotá en los '80 y 90- vieron en México una vía alternativa para continuar con su negocio, debido a su cercanía con los EE.UU.. Esto contribuyó a que las organizaciones criminales dejaran de funcionar como células y empezaran a expandirse como grupos de poder que luchan por el control de la ruta de la droga y el dominio de las actividades delictivas.
"México está viviendo un problema vinculado a la reorientación por tierra del tráfico de cocaína suramericana hacia los EE.UU. por la eficacia de los controles aéreos y marítimos, y el reemplazo gradual de la cocaína por drogas sintéticas en ese país. La violencia es el resultado de la competencia entre facciones por un mercado en disminución y un tráfico más caro. Las nuevas rutas explican también el ascenso de los grupos narcos en América Central, como las Maras en países como Guatemala y El Salvador", advierte Julio Burdman, director de Ciencias Políticas de la Universidad de Belgrano.
Otros factores, como la pobreza y el daño profundo al tejido social e institucional, abonan el terreno para el narcotráfico. En México, el 46% de la población vive en la pobreza y el 10% en situación extrema, según el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval).

Efecto derrame
Si el dinero de los grandes cárteles de la droga se evapora en paraísos fiscales para regresar a México por vía de la construcción de cadenas hoteleras, las agrupaciones más pequeñas lavan el dinero en las regiones donde operan. Y es allí donde el factor pobreza colabora en la proliferación del negocio. El llamado efecto derrame funciona en estos casos.
"Si un vendedor de droga hace buen dinero, lo más probable es que se compre una mansión, un auto de lujo y que se vista con ropa cara. Esto significa que el dueño de la concesionaria que le vendió el auto se benefició, que la empresa que construyó la mansión contrató a más empleados y que éstos podrán comprarse una moto para ir a trabajar, y que el mecánico de la moto tendrá más trabajo, y así sucesivamente", explica un funcionario mexicano en off the record. Por esta razón -explica-, es difícil que los que se benefician quieran ser delatores. Pero destaca que el factor central que actúa en estos casos es el terror. Quienes tienen acceso a información son amenazados (o sus familiares) si informan a la policía. Y saben que el precio de delatar es la muerte. Por eso la mayoría de las muertes por la violencia narco no ocurre en las grandes ciudades sino en las pequeñas, donde la gente se conoce y es fácil saber quién es quién.
Calderón: ¿el espejo de Uribe?
El ataque al Casino Royale provocó una andanada de críticas hacia la estrategia del presidente Felipe Calderón en su lucha contra los cárteles. "Un problema que enfrenta Calderón es el entrecruzamiento que se produce entre las fuerzas de seguridad y las facciones de narcos que compiten entre sí. En el tráfico y la distribución no solo es necesaria cierta connivencia con el Estado: la alianza con sectores de las fuerzas de seguridad es la mejor estrategia por parte de una facción para eliminar a otra", sostiene Burdman. Y agrega: "La movilización de la opinión pública que realizó Calderón en la guerra que declaró es un arma de doble filo; si es exitoso se convierte en otro Uribe; si fracasa la sociedad responsabilizará a su partido y perderá las elecciones".
El director del Instituto de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro, explica que Calderón tuvo que recurrir al Ejército para el combate contra los narcos porque no quedaba en el Estado ningún instrumento efectivo en esa lucha, sobre todo en los estados donde hay control territorial del crimen organizado. "El presidente tomó esta decisión de emergencia mientras elabora reformas de las instituciones de seguridad, sobre todo en el sector policial", dice.
"El resultado de la guerra que se desarrolla en México depende de la renovación de las instituciones de seguridad, justicia y sistema penitenciario", señala y concluye: "Está en juego la gobernabilidad, y la reforma del Estado es el último resorte para que esa lucha sea exitosa y duradera".

Efecto continental
El problema del narcotráfico no es exclusivo de México. Tampoco de los EE.UU., donde va la mayor parte de la droga. Afecta a todos los países de la región que en algunos casos funcionan como productores y en otros como lugar de tráfico. Sin una acción continental coordinada, que apunte no sólo al combate sino a eliminar las condiciones que lo alimentan, como la pobreza, y a que las instituciones sean integradas por funcionarios idóneos y honestos, no habrá paz en la región. Sólo victorias pírricas que terminarán generando el traslado de bandas de un país a otro, en busca de una policía o ejército más permeable a sus sobornos.
Lo que está en juego es la supervivencia de los Estados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario