jueves, 8 de septiembre de 2011

Blog Moreira : Pedro Ferriz ¿Qué @$-* quieren los Tacones?

por Pedro Ferriz

Y la pregunta del año es: ¿Qué @#%^&* quieren las mujeres?

Eso lo decidí cuando un Cirilo, que jura que tengo todas las respuestas solamente porque escribo Tacones, me preguntó, frustrado por no entender a mi género, ¿qué @#$%^&* queremos las mujeres? Y la única respuesta que se me ocurrió fue otra pregunta (muy femenina yo), ¿qué queremos de qué? Y esto lo pregunto porque yo en este momento puedo querer un helado de chocolate pero mañana se me puede antojar una malteada de fresa y eso no me hace indescifrable, ¿o sí?

En entrevista con Pedro Ferriz, el viernes pasado, entramos al tema de entender a las mujeres y le dije que me choca el dicho de “a las mujeres no hay que entenderlas, sólo quererlas” y me choca porque es la salida más fácil del paso ante una disyuntiva con una Cirila. Desde aquel día, alimentada por la pregunta de mi amigo, me encuentro pensando si realmente es tan difícil comprendernos y hoy se llena la taza de mis dudas cuando, al despertar, me pregunta mi novio, ¿qué tienes?, y le contesto, “nada”, sabiendo de antemano que algo tengo, nada personal con él, solamente algo que se llama SPM, el problema es que yo tampoco sé qué tengo, más allá de encontrarme en esos días en que las hormonas colocan su banderita de conquista en mi cabeza.

Volviendo a la pregunta, ¿qué @#$%^&* queremos las mujeres?, la respuesta es tan complicada como la misma pregunta y es que no se trata de querer o no querer. Las mujeres somos princesas perdidas de un cuento de hadas en el que nos estafaron. Desde pequeñas nos dijeron que viviríamos en un castillo esperando a que el príncipe de nuestros sueños nos encontrara después de pelear con dragones, plantas ponzoñosas, animales de rapiña y los suegros (o séase, nuestros papás). Conforme crecemos nos confundimos entre sapos malolientes que nos van rompiendo el corazoncito hasta dejar un letrero en nuestro hueco pecho que más o menos dice: “Cirila busca un corazón, como el hombre de hojalata”, y es ahí, justamente en ese momento, cuando las esperanzas del amor se pierden, que Cupido dice, ¡ah, verdad!, y nos pone en el camino al amor. Un amor hermoso, comprensivo, complaciente, amoroso, tierno, apasionado, inteligente, cariñoso, caballero, consecuente, agradable, simpático... pero que no nos entiende y cada 28 días y lunas llenas se pregunta: ¿qué @#$%^&* madre quiere mi Cirila? Las mujeres somos seres complejos regidos por unas pequeñas malas jugadas de la madre naturaleza llamadas hormonas, por eso, cuando los hombres se ufanan de ser el sexo fuerte, a mí me dan ganas de tirarme al piso y reírme como si no existiera mañana, de ahí podría pasar al llanto y no es precisamente por mis hormonas, sino porque si realmente son el sexo fuerte deberían comprender al “sexo débil”; además, yo quisiera ver a un hombre lidiar con la revoltura de sentimientos que las mujeres tenemos cuando estas méndigas se apoderan de nosotras un día nublado en el que un bote de helado de chocolate no es suficiente.

Las Cirilas queremos que nos comprendan, cosa en lo que aparentemente los Cirilos no están muy calificados. Queremos que estén pendientes de nuestras necesidades para que no tengamos que pedírselas, que quieran hacer las cosas que para nosotras son importantes, que tengan en cuenta las fechas en las que nos hace feliz un ramo de rosas, que sepan qué exactamente regalarnos en nuestro cumpleaños (y eso no incluye una bola de boliche), que dominen nuestra bebida favorita, nuestra comida favorita y puedan lanzar una frase cursi que nos haga sonrojar en el momento más adecuado. Queremos que nos consientan y nos hagan sentir amadas, que seamos lo primero y lo último en lo que piensan al despertar y al dormir, que quieran pasar su vida a nuestro lado sin tanta necesidad de “espacios” y “no eres tú, soy yo”, que no miren a otra con los ojos que nos miran a nosotras, y cuando logren todas estas cosas queremos que se gradúen en entendernos ynos lean la mente para entonces no tener que explicarles qué @#$%^&* queremos. Voilà! Eso es lo que @#$%^&* madre queremos las Cirilas. ¿Capisci?

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