lunes, 6 de junio de 2011

A punto del colapso, viviendas entregadas por Vicente Fox por Humberto Moreira

Han pasado siete años desde que inició un calvario para cerca de 50 familias que habitan el fraccionamiento San José de la Palma, en Tarímbaro,  a lo largo de este tiempo han sido testigos de cómo su patrimonio se está viniendo abajo, sin que ninguna autoridad municipal, estatal o federal tome medidas para poner fin al suplicio de quienes habitan el fraccionamiento, el mismo donde el  27 de agosto de 2004 el entonces presidente de la República Vicente Fox Quesada entregó el crédito un millón del Infonavit.

Según estimaciones de los propios vecinos de las poco más de 700 casas que conforman el fraccionamiento, que fue construido por Grupo Herso,  por lo menos el 30 por ciento han sido abandonadas por sus dueños debido a las grietas en pisos y paredes, hundimientos, desplazamientos de hasta 30 centímetros entre una vivienda y otra,   pero sobre todo a la incertidumbre de que en cualquier momento se pueda venir abajo algún inmueble.

Martín de la Torre Rueda, presidente de la mesa directiva de vecinos de San José de la Palma, mencionó que de las 28 casas que representaban mayor riesgo de colapso sólo en 10 casos los habitantes fueron reubicados mientras que al resto de la viviendas la constructora se comprometió a darles mantenimiento, mismo que hasta la fecha no ha ocurrido a pesar de que algunos domicilios se encuentran habitados explicó este vecino.

María Guadalupe Saldaña, habita el fraccionamiento desde hace 6 años, por fuera de su vivienda comenzó a notar una rendija entre el cimiento y las paredes de su casa, conforme avanza el tiempo la fisura se ha ido incrementado,  ahora mide casi dos centímetros, "mi casa está en la mera esquina imagínate cómo estarán las que están al final de la pendiente", afirma, mientras apunta hacia la ultima casa que está al borde de un voladero donde finaliza la calle.

"La constructora -Grupo Herso- nos ha dicho que nuestra casa está bien", reclama María Guadalupe, pero al mismo tiempo, considera incongruente que si las casas estuvieran bien estaría permitido ampliar o hacer modificaciones a la vivienda, "aquí no se puede ni fincar ni hacer una segunda planta porque se va todo para abajo", exclama.

Donde parece no haber ninguna restricción para construir es en fraccionamiento que metros abajo edifica la misma empresa que levantó las viviendas, en el terreno se puede apreciar maquinaria y decenas de trabajadores que preparan el predio para que puedan ser colocada la cimentación.

Las vibraciones y el paso de la maquinaria está ocasionando que las endebles viviendas presenten nuevas grietas, situación que ha alarmado de nueva cuenta a los vecinos.

Por si fuera poco,  la inconformidad de los vecinos se ha incrementado debido a que una minuta de acuerdos firmada, el 23 de marzo de 2011 entre Grupo Herso y los integrantes de la mesa directiva de vecinos, no ha sido cumplida a cabalidad por la empresa constructora; que se comprometió, entre otras cosas, a pavimentar algunas calles con una capa de asfalto no menor a 5 centímetros de espesor.

Sin embargo, las vialidades ya fueron rehabilitadas pero en diferentes condiciones a lo pactado asegura Martin de la Torre, quien explica que los vecinos temen que de nueva cuenta que la constructora incumpla una más de sus promesas y ofrecimientos.

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