domingo, 12 de junio de 2011

Desde distintos frentes combaten símbolos del narco por Humberto Moreira

En la capital del estado comienza a tomar fuerza un movimiento que pretende atajar “la cultura del narco”, al considerar que esta acción, apoyada por ciudadanos, empresarios, legisladores y autoridades locales, puede ser una aportación eficaz en la lucha contra la violencia.

Uno de los esfuerzos para depurar a los jóvenes de la exaltación a la figura del traficante de drogas se concentra contra los narcocorridos.

Y al igual que se ha hecho en Sinaloa, con la prohibición de ese género musical que enaltece el entorno del trasiego (dinero, ropa, armas, vehículos y mujeres), en Chihuahua –donde se han reportado más de diez mil asesinatos desde 2008– también se plantea ese veto.

El pasado 3 de mayo, el Congreso del estado aprobó un dictamen que prohíbe la difusión en radio y televisión de artistas que interpreten ese tipo de canciones, asimismo se impide su contratación para eventos públicos.

La propuesta ya avalada fue presentada por el diputado local Ricardo Boone, también empresario del Grupo Radiorama, y su objetivo es evitar que se promocione como héroes a los narcotraficantes o jefes de la droga.

Sin embargo, la iniciativa aprobada salió solamente como un exhorto a los ayuntamientos y a cualquier autoridad o institución pública o privada para que eviten contratar o difundir ese tipo de música.

Así el legislador, en su oportunidad, lanzó un exhorto para que nadie en la entidad contrate a quien interprete narcocorridos, y llamó a las empresas a evitar su transmisión.

Consideró que “no se puede prohibir esa expresión o libertad, pero llamo a la sociedad a que asuma la responsabilidad por el bien de la misma comunidad”.

Recordó que desde 2002 la radio en el estado de Chihuahua no transmite ningún narcocorrido. “Están vetados de manera permanente dentro de una autorregulación que las radiodifusoras hicieron para no estar desde ahí propiciando que esta música crezca en su comercialización”, explicó.

No obstante, reconoció que el esfuerzo deberá ser acompañado por la sociedad, ya sean consumidores de esa música o comerciantes, ya que las canciones se promueven a través de internet, en discos o copias u otros medios que los jóvenes “conocen muy bien”.

Contra falsos ídolos

Para el presidente de la fracción del PRI en el Congreso de Chihuahua, Enrique Serrano Escobar, la contratación de grupos musicales que interpretan narcocorridos o  la difusión de ese tipo de música aumenta el riesgo de que “los jóvenes se contaminen con ideas criminales y con falsos ídolos; incluso algunas letras hacen verdadera apología del crimen”.

El priista, cuyo partido es mayoría en la presente Legislatura local, expuso que las modificaciones de ley avaladas ayudarán a “establecer un mecanismo efectivo de rescate y fortalecimiento a los valores chihuahuenses”.

Respecto de aquellos grupos que consideran el veto como un atentado a la libertad de expresión, Serrano Escobar, quien también promovió reformas al respecto, expuso que se trata de “mantener a las sociedad libre de espectáculos que promuevan el narcotráfico como forma de vida, de shows que inviten a la puerta falsa de la delincuencia organizada para la obtención de dinero de manera rápida”.

Insistió en que la pretensión del Congreso estatal no es minar las diversas expresiones artísticas, pero expuso que “la autoridad no puede quedar pasiva ni ser indiferente al contenido de esos espectáculos cuando involucran los narcocorridos;  se debe revisar la calidad para evitar que se promuevan la violencia y la indolencia hacia la comisión de delitos, o incluso, a la provocación explícita de éstos o de algún vicio”.

La primera prohibición

El pasado 29 de abril, autoridades estatales anunciaron la cancelación de los artistas Julión Álvarez, Francisco Elizade y Chuy Lizárraga —cantantes conocidos por interpretar narcocorridos— en el palenque de la Feria de Santa Rita 2011.

Fernando Uriarte, titular de Fomento Social, y Gerardo Villegas, director del DIF estatal, explicaron que uno de los requisitos que se tomarán en cuenta para contratar a los artistas es que en su repertorio no se incluyan teman que exalten a los traficantes de droga.

El alcalde de Ciudad Juárez —considerada la urbe más peligrosa del mundo—, Marco Adán Queada, en su oportunidad advirtió que si en la feria se cantaban corridos de ese tipo, se iba a cancelar el festejo.

Incluso, el presidente municipal desplegó en la feria inspectores municipales que estuvieron al pendiente de que los artistas evitaran temas de los prohibidos ya por la legislación.

Evolución de la cultura del traficante

Desde los años setenta y ochenta, la cultura del narco comenzó a crecer a partir de sus principales seguidores, representantes y hasta protectores: los policías, quienes vestían tipo “narc-deco”, con accesorios caros.

El atuendo era calzar botas exóticas, usar cadenas de oro, relojes caros, pistolas con cachas de oro e, incluso, rifles de asalto. Además viajaban en autos robados y consumían grandes cantidades de cocaína, nunca mariguana porque eso era considerado para pobres.

Años más tarde comenzó el uso de camionetas de lujo con autoestéreos y accesorios costosos.

También comenzaron a edificarse las casas tipo “art-nacó”, que mezclan estilos arquitectónicos griegos con romanos; rústicos con modernos y contemporáneos.

Ahora para los jóvenes, de acuerdo con especialistas en el tema, el narcotráfico significa dinero, vehículos, amigos y amigas, un éxito inusitado sin esfuerzo y sin mucho riesgo, porque saben que los narcotraficantes gozan de impunidad y protección policial.

En la actualidad, de acuerdo con expertos, una de las formas que los jóvenes chihuahuenses adquirieron y que los delataba por realizar actividades delictivas era vestir ropa de diseñador, ofrecer fiestas y tener vehículos. Se trata de bienes que les permiten esconderse para confundirse con hijos de empresarios.

Extravagancia después de la muerte

Incluso esta cultura del narcotráfico se ha extendido después de la muerte. En Chihuahua, como ocurre en Sinaloa, los familiares de los traficantes que han sido asesinados erigen edificaciones de lujo como mausoleos.

Este rotativo ha documentado que esas construcciones pueden alcanzar hasta los cuatro metros de altura. Algunas están tallados en mármol y cantera con incrustaciones de piedras preciosas, cristales templados con blindaje, hierro forjado y polvo de oro sobre diseños minimalistas, jónicos, griegos, salomónicos y barrocos.

Los mausoleos asemejan catedrales en miniatura y en sus altares hay fotografías amplificadas de hasta cinco metros con los rostros de los finados, en su mayoría, jóvenes de entre 15 y 30 años, con su cuerno de chivo en las manos o dibujan las avionetas donde solían transportar la droga.

Grafiti contra delincuencia

El tema del grafiti en Baja California Norte se ha presentado como una práctica criminal y ha sido estigmatizada, condenada y a sus practicantes, cuando son sorprendidos, se les castiga como delincuentes comunes.

Para el maestro en estudios socioculturales, grafista y fotógrafo, Jorge Francisco Sánchez López, se trata de una expresión juvenil a la que lamentablemente se le ha asociado con hechos delictivos y conductas antisociales.

Aunque en algunos casos esta expresión juvenil contiene algunos componentes vandálicos, por su estilo e influencia, además de los simbolismos que le son inherentes, también se le ha situado como una expresión artística dentro de la sociedad.

Calles y espacios públicos han sido tomados por los jóvenes graffiteros, y sus manifestaciones gráficas son ante todo una declaración de sus identidades, manifestó el académico.

Visto como un problema social, a la práctica del grafiti se le ha criminalizado en la mayoría de los casos, aunque existen programas para minimizar sus efectos en la sociedad.

Recordó que en enero de 1994, la Dirección de Seguridad Pública de Tijuana presentó un informe de campaña Antigrafiti, pues ya antes se habían llevado 55 aprehensiones, casi todos menores de edad que no pudieron ser sujetos a proceso penal.

En junio de 2003, se pronunció la Ley Antigrafiti para Baja California, equiparando su práctica al delito de daño en propiedad ajena, con penas de tres a seis años de cárcel y multas de hasta 300 salarios mínimos, expuso.

Sin embargo, aseguró que en la actualidad el tema del grafiti “está presente en la agenda política que da soluciones cosméticas y criminalistas, para presentar una imagen de la ciudad libre de criminalidad”.

El especialista en este tema anotó que en todas partes los jóvenes han utilizado variadas formas de manifestación, para externar sus inquietudes, ideas, miedos, reclamos, exigencias y talentos.

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