domingo, 19 de junio de 2011

Canelo retiene con éxito su título por Döring en el Blog Moreira

La primera victoriosa defensa de su título mundial. El tapatío Saúl Canelo Álvarez venció al británico Ryan Rhodes con el gusto de demostrar a los suyos que ya es un formado campeón de los superwelters. Lo saboreó como nunca. Ayer levantó los puños en una estampa de vencedor desde la arena VFG de Guadalajara.

En lo que fue la primera defensa de su cetro del Consejo Mundial de Boxeo, El Canelo (37-0-1, 27 KO) degustó ser ovacionado por los suyos. Gente que tiene al pugilista como su nuevo héroe de los encordados. Álvarez les agradeció su devoción con una victoria importante. En su tierra. Con su gente. Arropado como un grande.

Rhodes (45-5, 31 KO), que al final demostró ser un rival a modo, también se tuvo que enfrentar a los que acudieron a la cita y se hicieron pesar.

“Estoy muy agradecido con toda la asitencia de la gente. Les respondí. Voy a seguir trabajando para darles más victorias. ¡Viva México!”, dijo el monarca mundial, aún desde el ring.

En el tercer asalto, el invicto mexicano se concentró en guardar su distancia. Descargó algunos golpes variados, pero, sobre todo, cuidó no dar ningún espacio en su defensa. Rhodes besó la lona. Rhodes cayó en el cuarto asalto tras recibir certeros volados del Canelo al rostro.

“Canelo, Canelo”, gritó el público, mientras que el campeón mundial de los superwelter se dedicaba a romper la defensa del británico. Álvarez marcó muy clara su estrategia en el sexto round con rectos a la cara, además de sacar provecho de su velocidad; 14 años de ventaja se evidenciaron.

Fue en el siguiente encontronazo que Ryan empezó a sangrar por debajo del ojo derecho. Instantes después, se desplomaba por segunda ocasión. Un round después, una trifulca al lado del ring quitó por momentos la atención al Canelo. “El gordo, el gordo”, gritaban los más de 13 mil aficionados a un bravucón, ante la cara de desconcierto de ambos boxeadores por no entender lo que pasaba.

En el undécimo asalto el pugilista tapatío salió decidido a sacar sus mejores ataques ante un Rhodes con mucha experiencia para maniatar al de casa. Pero al inicio del último round Saúl dejó salir toda su estamina.

En plena serie de ataques, Saúl arremetió con furia, sacudió en varias ocasiones la cabeza del indefenso británico, hasta que obligó la intervención del réferi para detener la pelea y Álvarez reivindicó su corona.

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