viernes, 17 de junio de 2011

Cancelan una marcha gay en Jerusalén por Pedro Ferriz en el blog Moreira

Lo que no consiguió la reacción violenta de los religiosos ultraortodoxos en Israel, sí lo logró la tensión con los palestinos: la marcha de orgullo gay programada para hoy en Jerusalén fue cancelada.

Los participantes iban a marchar bajo la atenta mirada de por lo menos 10.000 policías. Sin embargo, en lugar de realizar la manifestación, decidieron participar de un encuentro cerrado en el anfiteatro universitario de Givat Ram, en el que montarán guardia 3000 de esos agentes de seguridad.

La explicación para el cambio de planes es el clima de creciente inquietud que se vive luego de la muerte de 18 civiles palestinos en Beit Hanun que aumentó el temor de que algún grupo radical perpetre un atentado de venganza contra la policía mientras participa del operativo de seguridad de la marcha gay.

Pero más allá del cambio, confirmado ayer, la planeada marcha arrastró polémicas apenas fue anunciada, aunque no era la primera por realizarse en Jerusalén, sino la quinta.

"Esto atenta contra la santidad de Jerusalén", afirmaron los religiosos ortodoxos que salieron a manifestar contra la marcha. "También nosotros tenemos derechos", respondían hasta hace poco los organizadores.

No obstante, en los últimos días, todo se agravó. Desde la semana pasada, se han registrado choques violentos entre policías israelíes y jóvenes religiosos ultraortodoxos, que incluyeron lanzamientos de piedras, quemas de tachos de basura y hasta el incendio de automóviles estacionados.

Las calles en las que se desarrollaron las protestas parecían el escenario de una verdadera batalla campal. Y fue precisamente ese clima enrarecido el que cambió el significado del encuentro de los gays: muchos dicen que dejó de tener por objetivo solamente la reivindicación de los derechos de los homosexuales y que también está en juego la necesidad de demostrar que no se puede ceder a las presiones de la violencia.

"No dejan de llamarme amigos que no son ni lesbianas ni homosexuales, para decirme que van a venir con sus esposos y esposas, con sus hijos, porque aquí está en juego la democracia y la defensa de los derechos humanos", cuenta Elena Canetti, presidenta de la Comisión Directiva de la Casa Abierta de Jerusalén, un centro comunitario de homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales.

Yehuda Meshi-Zahav, uno de los activistas más conocidos de la comunidad ultraortodoxa en Jerusalén, no lo puede entender. "Está claro que lo que quieren es provocar. ¿Para qué hay que hacer esto en Jerusalén? Que lo hagan en Tel Aviv. Para ellos es lo mismo, así que mejor que no vengan aquí."

Pero los organizadores del encuentro recalcaron que también ellos viven en Jerusalén y que la ciudad es la capital de todo Israel. "No vamos a provocar a nadie, ni a pasar por barrios religiosos, eso está claro", dijo Canetti, y aclaró que su entidad dio a los participantes instrucciones para que no vistieran en forma provocativa.

Por su parte, Meshi-Zahav no descartó que se produzcan hechos de violencia durante el encuentro del orgullo gay. Al preguntársele si podría asegurar que no correrá sangre en la reunión, respondió: "No, no lo puedo asegurar".

En el ínterin, se publicó la nueva postura de los líderes ultraortodoxos, dispuestos a aceptar la cancelación de las protestas planeadas, a cambio de la limitación del encuentro a la parte cerrada, sin marcha, en el estadio de Givat Ram. Cabe esperar que Meshi-Zahav y el resto de su gente se hayan enterado.

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