viernes, 27 de mayo de 2011

Brasil acaba con el nepotismo por Humberto Moreira

El nepotismo, una de las plagas que ponen en peligro la ética de la vida pública brasileña, está en vías de extinción. El primer ejemplo lo ha dado el poder judicial, que ha decidido despedir a todos aquellos familiares de jueces —hasta el tercer grado de parentesco— que hayan obtenido sus puestos a dedo, sin concurso público. Las únicas excepciones se aplicarán a aquellos familiares que hayan entrado por concurso o los que trabajan desde antes de que entrase en vigor la norma de los concursos públicos. La decisión del poder judicial fue adoptada por el Supremo Tribunal Federal por nueve votos contra uno, en una sesión pública transmitida por la televisión. Ahora, los otros dos poderes, el legislativo y el ejecutivo, deberán tomar idéntica decisión, presionados por la opinión pública.

El nepotismo está considerado en Brasil como “un pecado de la democracia” y anida en todos los poderes del Estado. Sólo en el estamento judicial se calcula que más de 2.000 familiares de jueces deberán dejar sus puestos. El Estado con más casos detectados es el de Alagoas, con 400. Le siguen Minas Gerais, con 200, y Pernambuco, con 157.

En realidad, el nepotismo no es ilegal en Brasil, aunque siempre ha estado mal visto por la opinión pública. Jueces, diputados y ministros incluso suelen defender esta práctica, alegando, como hizo ayer el presidente del Tribunal de Justicia de Alagoas, Estácio de Gama Lima, que su esposa, empleada a dedo y que ha tenido que abandonar su puesto en el tribunal, “cumplía con relevancia su trabajo”. Otros empleaban cándidamente el mismo argumento esgrimido hace unos meses por el ex presidente del Parlamento Severino Cavalcanti, que había colocado a varios familiares: “¿De quiénes me puedo fiar más que de mis hijos?”. Ayer, un juez consideraba absurdo que no pueda emplear en el tribunal “a la mujer con la que duermo”.

Además, para curarse en salud, la nueva ley prohíbe el llamado nepotismo cruzado, que significa algo así como: “Yo coloco a tu hijo y tú colocas al mío”.

Ahora, el presidente del Parlamento, el comunista Aldo Rebelo, espera que en marzo pueda someterse a votación en la Cámara la ley que prohíbe también el empleo de familiares hasta el tercer grado en todos los demás poderes del Estado. El proyecto ya ha sido aprobado en la Comisión de Justicia del Senado y ahora necesita la votación final de la Asamblea. No va a ser una consulta fácil, porque la práctica del nepotismo está más arraigada en los poderes legislativo y ejecutivo que en el sistema judicial. El Parlamento no ha ofrecido cifras sobre los parientes de funcionarios que trabajan en la Cámara, pero se sospecha que son varios miles. Se sabe de diputados que han empleado hasta a 10 familiares.

Una vez los jueces han dado el primer paso, a los otros poderes les va a resultar difícil justificar ante la opinión pública una práctica que muchos consideran antidemocrática. Con todo, ya hay quien ha levantado la voz de protesta y ha advertido de que, si no le dejan contratar a sus parientes, empleará los amigos.

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